Conoce 5 joyas de la arquitectura de Buenos Aires
Buenos Aires es una de las 10 ciudades más turísticas del continente americano. El innegable atractivo de los barrios porteños, las calles de San Telmo y La Boca, los espacios verdes, los cafés tradicionales, las milongas, los bodegones, los museos y los espacios culturales son parte de la identidad de una metrópoli que combina historia y modernidad. Sin embargo, la ciudad sin dudas no sería todo lo que es sin sus edificios y construcciones emblemáticas, aquellas que han convertido a la arquitectura de Buenos Aires en otro de los motivos para elegir viajar y vivir en este lugar.
Es muy común escuchar hablar de nuestra ciudad como “la París de Sudamérica”, ya que los inmigrantes europeos que llegaron a estas latitudes a fines del siglo XIX y principios del siglo XX huyendo de las guerras y el hambre dejaron marcada a fuego su impronta tanto en las costumbres como en la gastronomía, la cultura y la arquitectura de Buenos Aires. La influencia de las corrientes arquitectónicas europeas en la configuración territorial y el urbanismo de la ciudad es una de las claves que distinguen a sus edificaciones de otras capitales de América Latina.
Al vivir en Buenos Aires, el ritmo vertiginoso de la ciudad y el microcentro porteño muchas veces nos llevan a olvidarnos de contemplar la extraordinaria belleza que nos rodea. Por eso, los invitamos a redescubrir 5 de las joyas de la arquitectura de Buenos Aires que todo aficionado al arte y el diseño debería conocer:
Edificio Kavanagh
Sobre la calle Florida, en el barrio de Retiro y frente a la Plaza San Martín se sitúa uno de los edificios emblemáticos de la arquitectura de Buenos Aires: el Kavanagh. Inaugurado en 1936 con la firma del el estudio Sánchez, Lagos y de la Torre, es un fiel representante de la arquitectura moderna que fusiona los estilos racionalista y art déco. Con sus 120 metros de altura fue en su momento el edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica y la primera construcción para viviendas de Buenos Aires en contar con un equipo de aire acondicionado centralizado, toda una novedad para la época.
Banco de Londres y América del Sur
En la intersección de las calles Reconquista y Bartolomé Mitre, pleno microcentro porteño, se levanta otra de las grandes joyas de la arquitectura de Buenos Aires. Construido en la década de 1960, su diseño fue proyectado por el prestigioso italiano Clorindo Testa asociado con el Estudio SEPRA, sociedad integrada por los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini. Perteneciente al estilo conocido como brutalismo –surgido del Movimiento Moderno-, se trata de una gran estructura rectangular de hormigón armado. Una de las particularidades del ex Banco de Londres y América del Sur (actual casa matriz del Banco Hipotecario) es que su diseño planteaba la integración del edificio al paisaje urbano como un espacio de continuidad, algo que marcaba una ruptura con las tradiciones de la época. La idea rectora de los arquitectos era que la ciudad “penetrase dentro del banco” sin que hubiese ninguna división aparente entre espacio interno y externo.
Palacio Barolo
En el barrio de Monserrat, sobre la Avenida de Mayo, hay un edificio de oficinas que llama la atención tanto por su arquitectura gótico-veneciana como por conectar dicha avenida con la calle paralela, Hipólito Yirigoyen: el Palacio Barolo. Inaugurado hace casi un siglo (en 1923), este edificio de 22 pisos nació como un proyecto de Luis Barolo, un productor agropecuario italiano que contrató al arquitecto Mario Palanti con el propósito de construir un santuario inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Por este motivo, la división general del edificio, al igual que el poema épico, consta de tres partes: Infierno, Purgatorio y Cielo. Asimismo, las nueve bóvedas de acceso representan los nueve pasos de iniciación y las nueve jerarquías infernales; mientras que el faro -que solía ser visible desde Uruguay- simboliza los nueve coros angelicales. Más allá de todas las sutilezas inspiradas en la Divina Comedia, esta obra icónica de la arquitectura de Buenos Aires cuenta con otra particularidad: posee un edificio gemelo en Montevideo, el Palacio Salvo, también construido por Mario Palanti.
Teatro Colón
Este Monumento Histórico Nacional construido entre 1888 y 1908 es considerado el mejor teatro lírico del mundo, comparable a otras salas como la Scala de Milán, el Metropolitan Opera House de Nueva York y la Ópera Estatal de Viena. Con una superficie total de 58.000 m², este edificio de estilo ecléctico y romántico es sin dudas uno de los grandes hitos de la arquitectura de Buenos Aires. A casi un siglo de su apertura, entre 2001 y 2010, el teatro fue sometido a un proceso de restauración y modernización tecnológica que lo devolvió a su estado de esplendor sin alterar la acústica de la sala ni la arquitectura original.
Galería General Güemes
Inaugurado a fines de 1915, este fue el primer edificio de la Argentina construido íntegramente en hormigón armado. La galería es también conocida como Pasaje Güemes, ya que posee un pasaje peatonal interior de 116 metros de extensión que une las calles Florida y San Martín. Esta obra arquitectónica es una típica muestra del estilo art nouveau tardío y manierista que caracterizaba al arquitecto Francesco Gianotti, mezclado con el estilo bizantino, con sus esculturas de bronce, los detalles en mármol y las luminarias modernistas. Sin dudas, se trata de uno de los edificios más bellos de la ciudad.
Esperamos que hayan disfrutado de este tour virtual por los edificios emblemáticos de la arquitectura de Buenos Aires ¡Hasta la próxima!